UNA VIDA SEGADA
Mabel Leyshon fue una dulce anciana activa a pesar de sus noventa años edad. Su cuerpo recibió veintidós puñaladas. Tras su muerte sus restos mortales fueron mutilados. Su trágica historia conmocionó a todo un país.
El cuerpo hallado en Llanfairpwll pertenecía a Mabel Leyshon, una viuda de noventa años de edad. Sus restos mortales presentaban graves heridas de arma blanca, las cuales le causaron la muerte. No conforme con ello, su asesino le había abierto el pecho y extraído el corazón. Lo envolvió en papel de periódico para después introducirlo en una cacerola servida en una bandeja de plata. Según las investigaciones llevadas a cabo por el Forensic Science Service (FSS), se obtuvieron muestras de ADN del exterior del recipiente, lo que le hizo sospechar a la policía que se trataba de algún tipo de ritual vampírico.
El cuerpo de la señora Mabel Leyshon presentaba también una serie de heridas en la planta del pie que desconcertaron a muchas, pues su asesino le había clavado un sinfín de agujas con el fin de formar una cruz.
SIN PISTAS.
El asesino de la señora Mabel Leyshon había dejado tras de si un sinfín de huellas. Los miembros destinados al caso descubrieron que el asesino había logrado acceder al interior de la vivienda a través de la puerta trasera de la casa mediante la rotura de un cristal recogido en el jardín de la vivienda. En el escenario del crimen se obtuvo ademas una clara impresión del calzado que el asesino llevaba puesto. También se recogieron diversas muestras de ADN que ayudaron a crear un perfil parcial del asesino.
En Diciembre de 2001 el programa “BBC Crimewatch” emitió un reportaje sobre el caso de la viuda Mabel Leyshon. La cadena de televisión no tardó en recibir una masiva cantidad de llamadas de diferentes ciudadanos asegurando conocer al asesino de la anciana.
TRAS LAS HUELLAS DE MATHEW HARDMAN.
Mathew Hardman nació en la costa norte de Anglesey. A la edad de trece años su familia se trasladó a vivir a Llanfairpwll, ubicando su residencia cerca de la casa de la señora Mabel Leyshon. Hardman vivía en un ambiente aparéntemente tranquilo. Sus padres se habían separado al poco tiempo de trasladarse, pero él seguía manteniendo en contacto con ambos progenitores.
La muerte de su padre en 1998 le afectó notablemente y según algunas personas este hecho pareció molestarle notablemente. Pero no sería hasta unos años más tarde cuando sintió la necesidad de ser inmortal.
LA PRIMERA VÍCTIMA DE HARDMAN.
Tras conocerse la noticia del asesinato de la señora Mabel Leyshon en el programa “BBC Crimewatch”, algunos telespectadores llamaron al programa afirmando haber sido testigos del ataque sufrido a una estudiante alemana. La joven de dieciséis años había sido asaltada por Hardman, quien le aseguró ser un vampiro. Entre ambos jovenes comenzó una fuerte discursión, él quería que ella le ofreciera su sangre de forma voluntaria y por supuesto ella se negó, Hardman no tardó en ponerse violento y la joven tuvo que pedir ayuda.
Tras conocerse este hecho la policía se puso manos a la obra y comenzó a investigar el asunto. Las pistas les condujeron a la residencia de Mathew Hardman. El supuesto asesino permitió que le tomaran una muestra de ADN. Pero lo que de verdad puso en el camino correcto a los detectives fue el hecho de descubrir que Mathew Hardman utilizaba el mismo tipo de calzado que el hallado en el escenario del crimen.
DETENCIÓN Y CONDENA.
Gracias al excelente trabajo policial y de investigación llevado a cabo por los diferentes cuerpos se pudo proceder al arresto domiciliario de Mathew Hardman el pasado Enero de 2002.
Durante el juicio la acusación presentó diversas pruebas como páginas de internet de vampiros consultadas por el asesino. Otra de las pruebas aportadas fue el artículo de una revista en la que se mencionaba como llevar a cabo una masacre. La defensa también declaró que el asesinato de la señora Mabel Leyshon había sido calculado y premeditado.
Cuando llegó la oportunidad de la defensa para rebatir los cargos, Mathew Hardman, aseguró no estar obsesionado con el mundo de los vampiros. Tan sólo era curiosidad y nada más.
Debido a la presión mediática, el jurado tardó cuatro horas en deliberar, tras lo cual se le declaró culpable de los cargos que se le imputaban. En un principio la idea del juez fue la de imponerle cadena perpetua, aunque finalmente acabó rebajándola a doce años de prisión. Tras oír la sentencia, el joven Mathew Hardman se echó a llorar.
Akasha Valentine
Huellas de sangre © 2011.
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